lunes, 20 de septiembre de 2010

El Marqués de Moret, entre la historia y el cariño

Aunque mucha gente no lo sabe, durante el reinado de Alfonso XIII, Segismundo Moret y Prendergast fue hasta en tres ocasiones presidente del Consejo de Ministros (lo que hoy llamamos presidente del gobierno). También fue catedrático, embajador de España en Londres, presidente del Congreso de los Diputados y ministro de un sin fin de cosas (Hacienda, Gobernación, Ultramar...) antes y durante la restauración de la monarquía borbónica (sus primeros altos cargos los desempeñó con Amadeo de Saboya).
Moret vivió y fue protagonista de una de las épocas más convulsas de la historia de España; tanto que tuvo que dimitir como Presidente tras el atentado de Mateo Morral contra Alfonso XIII, el día de su boda con Victoria Eugenia de Battenberg, ya que asumió la responsabilidad de la tragedia como máximo responsable del Gobierno (eso hoy, por supuesto, no se entiende).
Krausista y masón, fue uno de los fundadores del partido Liberal de Sagasta, de la Institución de Libre Enseñanza (Colegio Estudio), abolió la esclavitud en Puerto Rico, concedió autonomía a las colonias y se vio obligado, tras un vil chantaje de los americanos, materializado con el hundimiento del 'Maine', a firmar la capitulación de Cuba.
Cuenta Pérez Galdos en los 'Episodios Nacionales' que

domingo, 5 de septiembre de 2010

En nombre de la libertad. La niña que rompió el muro

Me hubiera gustado escribir esto en Berlín, ayer y antesdeayer dormí alli, pero no tuve tiempo. Bueno, tal vez no quise tenerlo.

Siempre me pregunté que sentiría el día que estuviese ante el muro, aunque nunca pensé que lo vería sobre los cimientos de la central de la Gestapo. Me sobrecogí, me envolví en muchos recuerdos que, poco a poco, iré contando, soñe que ella vino al mundo rompiendo las barreras, como emblema de la libertad; cuando menos, de la suya propia.

El día 1 de noviembre, aprovechando el puente de Todos los Santos, había cogido la baja; ya que el entonces director de Televisión Española, Alfonso Cortés Cabanillas, me había llamado preguntándome como me encontraba y me había dicho en tono paterno-recriminatorio:
- Pilar, estás fuera de cuentas, deberías coger la baja. No vayas a creer que esta casa  es como Iberia y que si la niña nace en el Pirulí la vamos a hacer fija...

Hasta 15 días antes, en que el ginecólogo me había dicho basta, había estado recorriendo el mundo con mis jefes sin temor ninguno.