jueves, 2 de enero de 2014

Dos años después y aún me haces falta

Cuando era pequeña, e incluso mayor, solía leer un libro de poesías que mi padre publicó de joven y que se titula 'Mi alma es así'. En él, dedicaba un texto a su madre o, mejor dicho, al riguroso luto que, entonces, se guardaba por los seres queridos...

"...Y dice la sociedad
que el luto dura dos años
dos años dura no más
mi traje negro de paño
de paño negro mamá...!

Y me impresionaba pensar cómo alguien puede estar DOS AÑOS, vistiendo dolor por un familiar.

Pues bien, papá, esta madrugada hará 730 días desde que faltas y no perdono el tiempo, ni consigo comprensión para una tristeza que lejos de disminuir aumenta. Es verdad que raro es el día que no pienso en ti y me sorprendo con los ojos en lágrimas; pero, si te soy sincera, si te recuerdo postrado en un sillón, sumido en ¿el dolor? ¿la incapacidad? ¿la tristeza? Prefiero saberte a mi lado, de nuevo vivo y activo; protegiéndome, cuidando a mamá, a mis hermanos, a mis hijos... ayudándome en el trabajo, a recuperar la salud o a superar los malos tragos.


Pero ¿sabes? Tengo algo que reprocharte. Es duro ser hija de un ser tan grande porque la meta inalcanzable que nos dejaste es imposible de superar. Por muy altos que sean mis propósitos, papá, jamás podré ser tan magnífica persona, tan generosa, tan brillante, tan capaz, tan buena profesional, tan amiga, tan idealista, tan entregada, tan... bueno, sí... espera... tan buena jugadora de mus sí,  porque, a veces, incluso te ganaba.

Dicen que nadie es imprescindible y soy consciente de que en mi caso no hay ser ni objetivo para el que haga falta, ni ideal, ni razón de existencia; pero tú... Mañana iré a visitar tu tumba, papi y rezaré por ti y por tu alma que sé celestial y me preguntaré como pueden pasar los días tan rápido y cómo puedo seguir aquí sabiendo que ya no estás.

No exige la sociedad
que el luto dure dos años
dos años son pocos, papá
Mi alma viste de negro
de negro porque no estás.







No hay comentarios:

Publicar un comentario