viernes, 27 de agosto de 2010

La legitimidad de Letizia y el bofetón de Emmanuella Dampierre

Recibí una llamada de una amiga periodista un puente en el que me acerqué a Alicante para ver a mi familia (de mi FAMILIA alicantina habrá mucho que decir y todo bueno); me contaba, en primicia, que el principe Felipe iba a anunciar su compromiso con una compañera de TVE y quería saber si yo había coincidido con ella trabajando. Pero no, eran muchos los amigos en común aunque yo salí de TVE antes de que ella llegara. Sin embargo, no pude ocultar mi sorpresa y, tal vez, mi indignación.
Según daban la noticia, a mi memoria acudían los recuerdos de toda una vida, la lucha de mi padre (y la de tantos otros), el sentido de una Institución, las expectativas de Don Juan con respecto a su nieto, el significado de matrimonio morganático...

Y es que, a lo largo de toda una vida, todos y cada uno de los Bernat, allegados y amigos escuchamos a mi padre, una y otra vez, su detallada explicación sobre lo que es un matrimonio morganático y por qué los aspirantes al trono de España no podían contraer matrimonio con 'cualquiera'. Y otras tantas veces le oímos contar como Emmanuella Dampierre, la madre del Duque de Cadiz y de Gonzalo de Borbón, esposa de Don Jaime, por ello le había dado una bofetada en un café de la Vía Veneto (Roma).


Más o menos las cosas fueron así: ante las muchas tentativas de Franco por desligitimar a Don Juan como heredero de la corona española, el 'Caudillo' designó a un noble para que buscara argumentos que esgrimir. Por supuesto, la idea de que Don Jaime era mayor que Don Juan y por tanto tenía derecho a ser el sucesor de Alfonso XIII, se puso, como siempre, sobre la mesa.

Don Jaime, consciente de su minusvalía (era sordo), en más de una ocasión había entregado a Don Juan y había dado a conocer publicamente su renuncia al trono por él y por todos sus descendientes pero, una vez más, se vio obligado a escribir una carta en la que dejaba constancia de su voluntad. Mi padre debía ser el mensajero que la hiciera llegar a su destino.

La cita, como he dicho, en un café de la romana Vía Veneto. Don Jaime acudió cordial, departió con mi padre y cuando sacó la carta para entregarla, apareció como una exhalación su mujer (Emmanuella Dampierre) e intentó arrebatársela. Al impedirlo, a mi padre le cayó un bofetón, al cual respondió con estas palabras: "señora: sus hijos, por sus hijos, nunca podrán ser reyes de España".

Franco no cejó en su intento de evitar que Don Juan reinara por una sencilla razón: se negaba a jurar los principios del Movimiento Nacional (que sí juró Juan Carlos) y decía que el día en que él fuera Rey de España lo sería de TODOS los españoles. Los monárquicos más pasionales decidieron atentar contra la vida del aristócrata (no recuerdo el título aunque ¿podría ser el Marqués de Villamagna?) designado para la deslegitimación; pero el día señalado para 'el golpe' el sujeto en cuestión recibió un aviso anónimo que le salvó la vida...

Por razones evidentes, y argumentos contundentes, yo sigo sin entender que Letizia Ortiz pueda ser algún día reina de España y de ello dejé constancia en una carta que, en su día, publicó integra El Mundo; aunque en realidad, ¿qué más da? ni Don Juan, ni Don Jaime, ni Alfonso XIII, ni siquiera la monarquía en sí misma, van a levantar la cabeza.

2 comentarios:

  1. Te acuerdas de Octavio cuando le decía a papá....."Oscar, como es eso del matrimonio morganático?", al principio papá le volvía a explicar pero rapidamente se dió cuenta de la intención de Octavio y aunque lo mandaba a donde sabemos, todo terminaba en risas.
    Te quiero hermana.

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  2. Interesantísimo artículo, especialmente la anécdota relativa al infante don Jaime y a Emanuela de Dampierre. ¿Habría alguna posibilidad de leer la carta que publicó usted en El Mundo? He intentado buscarla pero no he conseguido encontrarla.

    Un saludo y gracias por su atención,

    Alejandro.

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